Miré al espejo  y lo único que vi fue a un completo desconocido. ¿Era yo? ¿Era quizá aquel mi verdadero reflejos? ¿Mi yo real? Me asusté. Todo aquello era demasiado para mí. Acababa de salir de toda esa mierda.
A  mi parecer, no tengo la capacidad para afrontar esto; a mí.
Un puñetazo, y todo desaparecerá, mi imagen se ha fragmentado en mil pedazos, ya no consigo verme.
Ha sido fácil, aunque nadie dijo que ello fuera a ser difícil. 

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